La película comienza con el asesinato del primer ministro congoleño Patrice Lumumba y el estallido de la guerra civil . Mientras el rico estado mineral de Katanga se retira bajo el liderazgo de Moise Tshombe , el Secretario General de las Naciones Unidas, Dag Hammarskjöld, asigna a Conor Cruise O'Brien para dirigir una misión de paz de la ONU . En privado, Hammarskjöld le dice a O'Brien que la crisis de Katanga podría desencadenar la Tercera Guerra Mundial y ordena al diplomático irlandés que tome una acción ofensiva.
Mientras tanto, el comandante del ejército irlandés Pat Quinlan dirige a una compañía de infantería formada por fuerzas de paz irlandesas que llegan al complejo de la ONU cerca de Jadotville . Después de examinar el complejo, Quinlan decide que está abierto para atacar y ordena a sus hombres que caven trincheras y posiciones de combate defensivas .
Mientras compra comida en la ciudad más cercana, Quinlan se encuentra con el mercenario francés Rene Faulques , quien ha sido contratado por las compañías mineras aliadas al gobierno de Tshombe. Luego, visita la finca de una colonia belga, Madame LaFongagne, quien le dice que Jadotville contiene los depósitos de uranio más ricos del mundo.
Mientras tanto, O'Brien ordena a las fuerzas de la ONU lanzar un ataque contra los edificios gubernamentales que tienen los Katangese en Elizabethville . Mientras las fuerzas de paz indias intentan apoderarse de la estación de radio de la ciudad, treinta katangeses desarmados son asesinados por disparos y granadas. O'Brien ordena que el incidente sea barrido debajo de la alfombra.
En represalia, Faulques recibe órdenes de atacar a Jadotville. Las fuerzas y los mercenarios Katangeses bajo el mando de Faulques atacan y sitian a los irlandeses. Durante un breve alto el fuego, Faulques en vano exige la rendición de Quinlan.
Quinlan se niega, y su compañía es atacada repetidamente en oleadas separadas por las fuerzas de los kangangeses y mercenarios. Matan a un total de 300 soldados enemigos y hieren a 1.000 soldados enemigos, con cero muertes y solo 16 heridos para los irlandeses.
Después de muchas oleadas de batalla prolongadas, la compañía irlandesa se ve obligada a rendirse a las tropas de Faulques después de quedarse sin municiones. Permanecen recluidos en una prisión de Katangese durante aproximadamente un mes, luego se les libera en un acuerdo de intercambio de prisioneros y se les permite ir a casa.
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