Argumento:
La película empieza en la época presente, donde varios alumnos realizan una narración oral sobre sus héroes favoritos a la clase. Uno de los alumnos, Ronnie (Kevin DeCoste) empieza a contar la historia de Hachikō, el perro de su abuelo. La trama retrocede en el tiempo donde un cachorro de raza Akita criado por un monje budista en Japón es llevado por encargo a Estados Unidos, pero la jaula donde estaba el animal se cae del portamaletas del vehículo que lo transportaba y se extravía en la estación de ferrocarriles donde el profesor Parker Wilson (Richard Gere) lo encuentra vagando. De pronto Wilson no tarda en sentirse cautivado por el animal y decide llevárselo a casa tras la negativa del controlador de la estación, Carl (Jason Alexander), de quedárselo; una vez en casa se encuentra también con la negativa de Cate (Joan Allen), su mujer, a mantener al perro.
A la mañana siguiente, Parker espera que alguien reclame al animal perdido, pero no recibe contestación, por lo que se lo lleva consigo al trabajo donde Ken Fujiyoshi (Cary-Hiroyuki Tagawa) traduce el símbolo del collar del cachorro como 'Hachi',2 por lo que decide ponerle de nombre Hachi. De paso, Ken señala que los dos están destinados a quedarse juntos. De vuelta a casa, Parker intenta jugar con Hachi, pero el animal no muestra interés alguno. Mientras los observa, Cate recibe la llamada de alguien que quiere adoptar al perro; sin embargo, al ver el vínculo que une a Parker con Hachi, decide quedarse con el cachorro.
Años más tarde, Hachi y Parker han desarrollado una amistad inquebrantable; sin embargo, el dueño continúa perplejo por la negativa del perro a hacer cosas habituales para el susodicho animal como ir a traer una pelota. Tras comentarlo con Ken, éste le dice que Hachi sólo iría a por esa pelota por un motivo en especial. Una mañana, Parker se marcha al trabajo y Hachi lo sigue hasta la estación negándose a volver hasta que a Parker no le queda otro remedio que volver a casa y hacer tarde el trabajo. Esa misma tarde, Hachi intuye la llegada de su dueño y vuelve a la estación desde donde lo espera con paciencia. Finalmente, Parker decide que el can lo acompañe a la estación todos los días, hasta que un día Hachi se niega, por lo que Parker decide irse sin él. Aún así el perro acaba dándole caza mientras porta su pelota para sorpresa de Parker que acaba jugando con él por primera vez durante un rato; sin embargo, el hombre empieza a preocuparse por llegar tarde al trabajo y da por finalizado el juego y se marcha a pesar de los ladridos del animal. Ese mismo día, en el trabajo, Parker sufre un paro cardiorrespiratorio que le causa la muerte en plena clase.
Mientras el can sigue esperando la llegada del tren, Parker no muestra señales de vida. A pesar de todo, Hachi permanece en la estación durante varias horas hasta que el yerno de Parker se lo lleva. Sin embargo, se escapa de casa para volver al día siguiente a la estación y quedarse allí durante el día y la noche. A medida que pasa el tiempo, Cate vende la casa y el can se va a vivir con su hija Andy, la cual ha formado una familia junto con Michael con quien acaban de tener un bebé, Ronnie. Aún así, Hachi vuelve a escaparse y encuentra el camino de su vieja casa, pero al morar otra familia decide irse a vivir a la estación sobreviviendo gracias a la comida que le da Jess, un vendedor ambulante de perritos calientes con el que Parker tenía una amistad.
Mientras aguarda la llegada de su amo, Hachi empieza a dormir bajo los vagones de un tren averiado y al cabo del tiempo llama la atención de un reportero que entrevista a los allegados a Parker. Los años pasan y Hachi sigue esperando; por otro lado, Cate visita la tumba de su difunto marido donde conoce a Ken. Allí dice haber pasado una década. Al pasar por la estación, la mujer se sorprende de ver a Hachi en el mismo sitio en un estado sucio, viejo y cada vez más débil y que a pesar de que los años no pasan en balde, el can sigue esperando. Tras acercarse a quien tiempo atrás era su perro, Cate decide sentarse junto a él y esperar al siguiente tren. En casa, Cate le habla a su nieto Ronnie (ya con 10 años) de Hachi y de la relación que tuvo con su abuelo fallecido. Esa misma noche, Hachi sigue en su mismo sitio donde yace en el suelo y se duerme profundamente por última vez mientras sueña con Parker, del cual tiene una visión en la que lo anima a ir con su dueño justo antes de que sus espíritus asciendan a los cielos.
De vuelta a la clase, Ronnie finaliza su narración añadiendo a sus compañeros que Hachi será para siempre su héroe por su amor y lealtad. Al salir del colegio esa misma tarde, Ronnie va a casa mientras camina con su propio cachorro de Akita, el cual tiene de nombre Hachi y con el que andan el mismo camino que día tras día siguieron su abuelo con el anterior Hachi.
Antes de llegar los créditos finales, una cortinilla revela que el verdadero Hachiko nació en Odate en 1923 y que tras la muerte de su dueño, el Dr. Hidesaburo Ueno en 1925, este volvía a la estación de Shibuya donde el can lo esperó día tras día hasta su fallecimiento en 1934. Tras el final de la cortinilla aparece una foto de una estatua erigida a Hachi en una de las entradas de la estación.
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